«Por el color del trigo» se titula el libro publicado por Bertha Alicia Martínez González, mamá de Fernando. Ella ha decidido presentarlo en nuestra página  para que cualquier madre, padre, familiar o amigo pueda descargarlo gratuitamente. Gracias Bertha por darnos el honor de ayudarte a difundirlo y por dejarnos ser parte de tan bello homenaje.

 

PRÓLOGO

En el libro «Por el color del trigo»,  Bertha Martínez nos muestra como bien dice, el amor de una madre por su hijo pero además el dolor más cruel por el que puede pasar un ser humano, verlo morir.
Ella nos abre las páginas de su diario, el que escribió en el momento más feliz de su vida, cuando llevaba a su hijo Fernando en su vientre y el de la sombra, el del dolor desgarrador de saberlo muerto físicamente.
Bertha abre su corazón de una manera poco usual, ya que la muerte de un bebé no es algo de lo que se hable a menudo. De hecho es un tema tabú en nuestra sociedad. Y por esa razón cuando una madre pierde a su hijo aún por nacer, no encuentra mucha información al respecto ni recibe la contención adecuada. La sociedad no sabe cómo ayudar y esa madre queda haciendo un duelo silencioso para no molestar.
Por eso es tan importante que se haya animado a mostrar al mundo el diario de su amor y su dolor, de la incertidumbre y la soledad que rodea a quienes sufren este tipo de pérdidas.
Este libro es un grito descarnado por cambiar la realidad de millones de familias que pasan por esta penosa experiencia. Es un grito de concientización y a la vez, termina el libro con una dulce sensación de esperanza, de reconciliación con la vida y de ganas de vencer cualquier miedo.
Su hijo Fernando vive en cada palabra de Bertha, lo conocemos mientras recorremos este libro, donde el dolor y el amor se conjugan y dan paso a la trascendencia.

Jessica Ruidiaz

INTRODUCCIÓN (Por su autora Bertha Alicia Martínez González)

Estas páginas son una historia de amor. La historia de amor de una madre por un hijo que no llegó a nacer. Es la historia de la corta vida de mi pequeño Fernando, desde el momento que confirmé que estaba embarazada, hasta el día de hoy, un año después de que muriera en mi vientre. Y estas páginas no podía sino empezarlas con ese texto del Principito, que tanto ha marcado mi vida estos meses y del que se extrae la frase que les da título.

¿Por qué o para quién la escribo? Primeramente, para mí, como parte de mi proceso de duelo. Cuando creía que ya había llorado mucho, he llorado más aún al escribir… pero también he esbozado algunas sonrisas, y he recordado y reflexionado mucho. Las escribo también para mi familia y mis amigos, para que puedan conocer a través de mis palabras a mi Fer, y tal vez para que entiendan un poco más a la persona que soy hoy, que definitivamente no es la misma que hace un año. Las escribo para honrar la memoria de la corta (que no pequeña) vida de Fer, y por mi necesidad de hablar de mi hijo y de mantener vivo su recuerdo.

Asimismo, las escribo con la esperanza de que estas páginas puedan servir de algo para los que han tenido la desgracia de perder un hijo, y para los que están cerca de ellos y no saben cómo ayudarlos. Las escribo sin ninguna pretensión: no creo que mi camino sea ejemplo de nada, ni que mis reflexiones me hayan llevado a conclusiones válidas para el resto del mundo. Yo sólo se que a mi me ayudaron las historias de otras mujeres, y si logro ayudar a alguien más me ayudará a mi a saber que la vida y la muerte de mi hijo no han sido en vano.

DESCARGA GRATUITA DEL LIBRO |  CLICK AQUI: Por el color del trigo-Bertha Martinez