Aquí les cuento mi historia con mis hermosos gemelitos.
Nunca pensé que quedaría embarazada ya que mis reglas siempre fueron muy irregulares. Pero un día empecé a sentir acidez, no podía comer nada porque no podía tragar. Entonces mi mamá me lleva al médico y éste me manda a pedir hora con la matrona.
El día jueves 3 de julio de 2008 la matrona me dice que tengo cara de embarazada, me pone esa cosita para escuchar los latidos del corazón y ahí comenzó el amor. Solo escuche el corazón de Tomas ya que nadie suponía que eran 2. Yo siempre le había dicho a mi pareja que si quedaba embarazada serian dos ya que mi mama era melliza. A las 7 de la tarde de ese mismo día me hacen la ecografía y nos dicen que hay sorpresa jeje eran dos como yo siempre lo supe. Para esa fecha yo ya tenia 14 semanas de embarazo y nunca sospeche estarlo.
Pasaron los días, controles cada 15 días por ser embarazo de alto riesgo, nunca mostraron problemas de crecimiento, Tomas era inquieto nunca se quedaba tranquilo en las ecografías, en cambio Antonio siempre fue tranquilito. El 18 de Agosto me entero de que son hombres. Siempre pensamos que si teníamos un hijo le pondríamos Tomas Antonio y resulto que eran 2 así que tuvimos que buscar segundo nombre para ambos. Ese fue el último control en que todo iba bien. Pedí turno para la próxima ecografía y para hacerme las mediciones correspondientes a las 23 semanas. El 3 de septiembre me hago la eco, todo iba bien con ellos pero mi cuello estaba demasiado corto, media solo 12mm así que me dieron reposo (nunca me dijeron reposo absoluto), ya el día 8 correspondía mi control en el policlínico y la matrona me dice que el reposo debe ser total y con la cadera levantada. El día 9 era mi control en el hospital y el doctor me dice que de nacer mis gemelitos solo tenían un 2% de probabilidades de vivir. Se me vino el mundo abajo, siempre tuve fe pero el miedo era más fuerte. Ese mismo día después de que mi pareja se fuera a su casa, fui al baño y sentí que algo seguía corriendo. Me fui a acostar pero no paraba entonces de inmediato llame a mi mamá y mi papá salio a buscar el auto para llevarme al hospital. Mi hermana llamo a mi pareja. Ese día me dejaron hospitalizada y me inyectaron para madurar sus pulmoncitos. No dormí en toda la noche, solo quería que pasara y luego poder ver a mi familia. Nunca antes había estado hospitalizada. Así pasaron los días, en reposo sin poder levantarme ni al baño, lo pase súper mal porque en un hospital público no te atienden de la misma manera que en uno particular. Me hicieron baño en cama en el cual me dejaron toda mojada, las limpiezas no me las hacían a la hora que correspondía, la chata no la pedía porque se me corría y quedaba toda mojada al orinar. De hecho una noche dormí con la cama toda mojada, fue una experiencia malísima.
Hasta que llego el 14 de Septiembre, recibí las primeras visitas que eran a las 1 de la tarde, toda iba bien, no había infección según los exámenes. Llega la 2 visita y yo no aguantaba los dolores, eran contracciones. Al principio me dicen que solo eran cólicos, hasta que me hacen un tacto y ya tenia 6 de dilatación. Me llevan a la sala de preparto, con una maquinita tratan de buscar a Tomas por pantalla pero no se ve ya estaba listo para nacer. Me llevan a la sala de parto, los dolores eran insoportables, me dicen que puje y de 3 pujes nació Tomas David Sepúlveda Retamal a las 17:58 hrs. pesando 732 grs. y midiendo 28 cm. Deciden hacerme la cesárea porque Antonio estaba en transversal, no podían ponerme la epidural porque mi pierna se movía sola, al tercer intento lo logran y empieza la cesárea. Lo único que recuerdo es la mano de mi amor en mi cabeza diciéndome que todo iba a estar bien. A las 18:18 hrs. nace Antonio Ignacio Sepúlveda Retamal pesando 758 grs. y midiendo 32 cm Me sacan de ahí y yo no podia respirar, me pusieron oxigeno y al llegar a la sala de recuperacion me lo saqué. Pasan los minutos y llega una matrona a decirme que recibió a mis bebes y que dentro de su gravedad estaban bien. Tampoco dormí esa noche.
Al otro día no pude ir a verlos por mi cesárea, nadie me decía nada de ellos, mi mamá se metió como pudo y me dijo que estaban bien que respiraron por si mismos y que eso era un avance.
El 16 de Septiembre jamás lo olvidare. Por fin pude ver sus caritas, se parecían a mí, pero sus manotas y piezotes eran de su papá. Casi me desmayo, me tuvieron que dar agua pero la emoción jamás la olvidare si al verlos supe que eran mis hijos. El 17 de Septiembre me dan el alta, ese día veo muy mal a Tomas, había sufrido una hemorragia en su cabecita, estaba amarillo y ya no se movía tanto como antes. Me fui destrozada ni siquiera pude ir a la segunda visita aunque mi mama y mi pareja me cuentan que ya estaba mejor. Y al día siguiente ya había recuperado su color me sentí tan aliviada. Salvo eso nunca tuvieron ningún problema, solo evolucionaban sobre todo mi Toñito. Yo no podía sacarme leche, no había caso mis nervios no lo permitían. El día Sábado 20 me dicen que le sacaron el ventilador mecánico a Antonio porque no lo necesitaba (solo lo dejaron con esa cosita que va en la nariz) y que ya iba a empezar a comer que tenia mas probabilidades de vivir que Tomas. Ya el día Lunes 22 me dicen que sufrió un paro, que tuvieron que reanimarlo, le pusieron de nuevo el ventilador, que lo mas probable es que seria una infección y que tenia que esperar 72 hrs. para saber si ya se había recuperado. En la visita de la tarde el ya estaba mejor, pero a las 7 mas o menos me llaman para que vaya al hospital, Antonio estaba mal. Ese trayecto en el auto hacia el hospital fue eterno, no podía llorar. No sabia que estaba pasando solo pedía que mi bebito estuviera bien. Llegamos y tuvimos que esperar que salieran los doctores para darnos la mala noticia, después de casi una hora de intentar reanimarlo Antonio había fallecido a las 18:18 hrs. misma hora en la que nació. Sólo recuerdo que entre en una salita que nunca quise mirar cuando iba a la neo, ahí en una cunita estaba mi Toñito, ya con su cara repuesta, tranquilo, sin sufrimiento. Entraron todos a verlo y al entrar nuevamente nosotros nos damos cuenta de que estaban reanimando a Tomas. Tuvimos que esperar y nos dijeron que habían logrado reanimarlo. Nos fuimos a mi casa y cerca de las 11 llaman a mi pareja al celular y sí, Tomas había partido detrás de su hermanito. Entramos a la salita nuevamente a verlos, ambos juntitos con sus ojitos cerraditos y lo único que le pedí a mi pareja fue que no me dejara sola. Al día siguiente hicimos todos los trámites juntos, con el sueño de enterrarlos en una sola urna juntitos, pero no se podía porque eran personas distintas y ya tenían sus certificados de nacimiento. Les hicimos un velorio en mi casa. Yo no podía llorar, ni siquiera pude vestirlos, todavía no caía en lo que había pasado. El día 24 al llegar la carroza estalle, ahí se acababa todo. Me fui en la carroza con mi pareja y al llegar al cementerio faltaban las autorizaciones para enterrarlos, estaba vuelta loca alegaba con toda la gente. Por fin pudimos enterrarlos, y al nombrarlos en el discurso que dan de nuevo estalle en llanto, solo quería irme con ellos, tirarme en el pasto, gritar, patalear. No me dejaron y me afirmaron, Fue el momento mas duro de mi vida nunca sentí tanto dolor.
Pero hoy ya a 10 meses de todo esto, puedo decir que estoy mejor, que el dolor ya no angustia, ya no desespera. Puedo hablar de ellos y de lo que paso sin lágrimas en los ojos. Sigo adelante luchando por ellos porque siguen acá conmigo, porque tengo toda una vida por delante y se que ellos no venían al mundo a arruinar mi vida sino que todo lo contrario, ellos son felicidad y cada vez que los recuerdo una sonrisa inunda mi rostro.
Un abrazo para todas y que mi experiencia en el dolor las ayude a atravesar el de cada una de ustedes.

Maria Victoria Retamal Mendoza, mamá de los gemelitos Tomás y Antonio
Responsable Era en Abril en Chile