La pena no se comprende en nuestra sociedad y se espera que los afligidos se recuperen rápidamente. Tómala con calma durante las altas y bajas. La experiencia es diferente para cada persona, sin embargo a veces hay muchas cosas en común. No trates de establecer expectativas de tu compañero(a) y otros.
Las lágrimas son saludables y aceptables al procesar el dolor que sigue la muerte de tu hijo(a), hermano(a) o nieto(a). La pena afecta los hábitos de comida y de dormir, los niveles de energía y habilidad de concentración. Es muy importante guardar una dieta balanceada, tomar líquidos y hacer ejercicio y descansar durante esta época de pena. Es importante consultar a tú médico para un examen físico si tienes síntomas físicos.
El alcohol y los sedantes pueden afectar el pensamiento y retrasar el proceso de pena. Usa medicamentos de prescripción escasamente y sólo bajo supervisión médica.
Puede ser que los amigos y familia te eviten y traten de no hablar de la muerte de tu hijo(a). Hazles saber que necesitas hablar del bebé y que te ayuda hablar. Comparte con ellos como puedas. Busca amigos que te escuchen y/o otros que hayan tenido una experiencia similar para ayudarte durante estos momentos.
Es mejor posponer decisiones grandes por lo menos un año – cambiar de trabajo o casa, otro embarazo, etc. Guarda la ropa del bebé y otras cosas hasta que estés listo(a) para decidir qué quieres hacer. Se necesita tiempo para tomar una buena decisión.
Los pensamientos sobre el suicidio pueden ocurrir y son normales. El significado de la vida volverá con el tiempo. El dolor disminuye. Habla de tus sentimientos con alguien de confianza.
Expresa tus sentimientos y pensamientos. Pueden parecer ilógicos para algunos, así que compártelos con alguien que te ayudará a explorar y perdonarte a ti mismo(a) al pasar el tiempo.
La rabia es una reacción normal que quizás te parezca poco aceptable y difícil de entender para otros. Busca una manera saludable y segura para expresar tu rabia (por ejemplo, pégale a una almohada) Tu rabia puede estar dirigida hacia Dios. Puedes sentir que tu fe ha disminuido al cuestionar tus creencias del pasado. Dile a Dios cómo te sientes y habla con aquellos que te ayuden a explorar. Tu fe puede ayudarte durante este tiempo, sin embargo el expresar dudas y sentimientos te ayudan a procesar los que estás sintiendo.
Incluye a tus otros hijos en tu pena. No le escondas tus lágrimas, sino sé abierto(a) y honesto(a) sobre tus propios sentimientos. Ellos también están afligidos y necesitan una vía para expresar sus sentimientos. Necesitan ser incluidos y sentir tu amor. Puede ser bueno pedirle a un miembro familiar que ayude a proporcionar lo que no eres capaz de proporcionar en estos momentos.
Las fiestas y aniversarios son recordatorios de tus brazos vacíos. Planea de antemano para evitar tensión de más. No esperes que otros se acuerdan ni sean sensibles de cómo te sientes. Baja tus expectativas sobre ti mismo(a). Tomate tiempo para tus necesidades.
Los grupos de apoyo te ponen en contacto con otros que han tenido experiencias similares, al compartir, sentimientos profundos salen y pueden ser procesados en un ambiente de comprensión y aceptación. Sabes que no estás solo(a). Hay otros que comprenden y se interesan. 
 
Adaptado por Sor Jane Marie Lamb, SHARE, National Office, Octubre, 1996
Traducido por Maria Tapie en memoria de Max (12/18/97)