El duelo desde el punto de vista del hombre

Lic. Giselle Velez para www.eraenabril.org

    Básicamente los pasos del duelo y la manera en que se suscitan los diferentes periodos de la evolución cronológica de este proceso, son similares. Sin embargo, dentro de una pareja duelante, el hombre, por cultura, soporta de otro modo los embistes de esta larga lucha. No esta bien visto (aunque no se pueda localizar fehacientemente quien es el que nos jusga) que el hombre derrame lagrimas o se quede tirado en la cama viviendo su duelo. La vuelta a las tareas de todos los días siempre es mas corta que la que se permite a las mujeres. El hombre no se anima a buscar ayuda en grupos de contención, en profesionales de la salud, en tal caso concurre por sugerencia y a modo de compañía para su esposo, aunque finalmente reconozca que ese espacio les hace bien a ambos.

   Ser padre de una pareja duelante, es sostener y contener a la mujer que tenemos al lado y tratar en algún espacio generalmente oculto, de llorar nuestra pena. ¿Por que ocultar nuestro dolor? ¿Para que nuestra compañera no vea la sangre que también derrama nuestra herida?  ¿Para que sienta que somos un puerto firme y seguro donde ella y su dolor pueden tirar ancla? He comprobado que a las mujeres- pareja de estos superhombres, no les da esa imagen el esposo. Se extrañan y preguntan si ellos no sufren. ¿Como se acercan a estos maridos que parece que ya superaron todo? Mostrar nuestra pena es emparentarme con el otro, mostrarle que a mi también me duele su dolor, comprenderla como nadie la puede comprender porque su dolor es exactamente el mismo que el mío. La sociedad platea exigencias temporales absurdas de vuelta al trabajo demasiado pronto y rendimiento igual al que teníamos antes de la muerte de nuestro hijo, y por supuesto nos es casi imposible cumplir. Aprovechemos el espacio distendido que nos ofrece el hogar, el nido contenido que es nuestro matrimonio, nuestra intimidad mas honda que sucede dentro de la pareja, y si esta pareja esta atravesando un duelo tan fuerte como es el duelo del hijo, vívanlo, siéntanlo, llorenlo, gritenlo, no se guarden nada…quien mejor que la mama de su hijo los podrá entender?

   Dejar de exigirse a uno mismo algo tan difícil como no sufrir la perdida de un hijo es la clave para reconectarnos con nuestro sentimiento y nuestras esposas.

 (Este texto es propiedad de su autora y de Era en Abril. Queda prohibida su reproducción total o parcial excepto citando autora y fuente que publica: www.eraenabril.org Grupo de ayuda mutua para padres que han perdido a sus bebés en el embarazo, parto o después de nacer)